Suave y silencioso, el tren se desliza atravesado por los rayos dorados del amanecer. Somos los hijos del futuro imaginado por quienes nos precedieron, y desde esta mirada, desde esta vida, puedo ver cómo los raíles metálicos de todas las vías se entrecruzan.
El tren flota, se desliza, avanza un instante y en el cristal de enfrente va danzando el reflejo de las luces de la ciudad. Luces naranjas de semáforo, cruces verdes de farmacias, faros de coches y autobuses, luces rojas de frenada, reflejos distantes de algún móvil que se abre, como una flor digital de este siglo XXI…
A. Gova
martes, 20 de noviembre de 2007
lunes, 19 de noviembre de 2007
viernes, 16 de noviembre de 2007
En el guiñol de la sociedad hay personajes contentos con su papel, y ahí se quedan, ocultos tras una sonrisa vacía. Hay otros que buscan sin cesar un papel mejor, expuestos a una vorágine de emociones contradictorias. Y los hay que se han dado cuenta de que ambos papeles son el mismo, pero no saben salir del suyo porque en el fondo temen abandonarlo. Luego están los que al fin han conseguido liberarse del papel y no han de asumir ya ningún personaje más. Ningún personaje, ninguno, nada de nada. Nada…
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