Vi una sombra sin su perro,
caminaba por el césped, tranquila.
Se detuvo a olisquear algo y luego siguió.
Se perdió por las sombras de un árbol,
tan grande que cabrían mil sombras más,
quizá pastaba un rebaño, quién sabe.
Me acerqué pero estaba silencioso,
yo mismo había perdido mi sombra.
Fue en el parque del Retiro.
lunes, 25 de abril de 2011
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