Día 31, cuerpos desnudos corren sueltos por las calles. Los motores de la Humanidad funcionan a pleno pulmón.
A. Gova
domingo, 31 de diciembre de 2006
miércoles, 27 de diciembre de 2006
domingo, 24 de diciembre de 2006
TRAVEL
montaré en la harley cruzando dallas
a la feria del búfalo matando monigotes
con perritos calientes bañados en ketchup
y canciones de country en coches de choque
oh brenda conseguiré para tu happy birthday
la muñeca chochona que tanto te gusta
Atleta
FARWEST
TE REGALO UN CUENTO
Te regalo un cuento. Podía haber una canción a medio hacer. Una carta de amor. Pero no. Quería que fuera un cuento. No para después de hacer el amor ni para que nos echemos de menos. No para que suene el Adaggieto de la quinta de Mahler, ni nada por el estilo.Te regalo un cuento para que puedas hacerlo tuyo dibujándolo en tu piel para que lo compartas con tu silencio o con tus pájaros. Para que elijas la banda sonora que te apetece que suene de fondo mientras lo lees. Te regalo un cuento para que puedas llevarlo contigo, dobladito en el pantalón, o entre las páginas de un libro que te aburre. Para que cuando te enfades conmigo puedas estrujarlo y hacer con él una pelota de papel, arrojarlo por la ventana y mirar complacido cómo lo atropella un autobús. Para que lo fotocopies mil veces y le entregues una copia a quien más te apetezca. Para que le claves alfileres los días en los que me matarías. O para apuntar encima del título mi teléfono.
Te regalo un cuento improvisado. De esos que empiezas a escribir sin pensar y que no sabes cuándo acaban. Te regalo esta noche y todas las demás. Te ofrezco mi sonrisa non stop, sin conservantes ni colorantes. Aún a riesgo de poder ser acusada de alevosía y nocturnidad, y aunque puedan encontrarse muchos más agravantes.
Te dejo abierta la ventana para que te cueles, para que me espíes ésta noche. Para que me veas sin que te vea. Para que me cuides un poco sin que yo lo sepa. Te regalo una idea. El concepto más hermoso de complicidad, un escenario vacío en el que buscar la manera de encontrarse. Te regalo un cuento que habla de amigos y de sueños, de noches de verano pegajosas, de mí misma mientras me imagino tu cuarto desde lo alto del cielo, antes de lanzarme en picado sobre tu almohada. De kamikazes que se estrellan en tus brazos y que no vuelven a despegar, ni falta que les hace. Te regalo el kit completo de cariño, el maletín mágico con el que jugabas de niño mientras yo cocinaba con plastilina.
Te regalo un cuento indeterminado sin pies ni cabeza, sin trama ni desenlace final, sin argumentos y sin actores de reparto. Sin moraleja. Y si la tiene, que sólo tú la conozcas.Lo único que necesitas es apagar la luz, cerrar los ojos y la puerta de tu habitación, no necesariamente en ese orden. Dejar que te lea al oído, olvidarte de tu tarde de trabajo y de todas aquellas que te hicieron daño antes de que yo te conociera. Quererte un poco más que hace cinco minutos y hacértelo saber, de alguna manera.
Te regalo un deseo. Llenarte de unas ganas locas de reír .Que necesites llamarme y te encuentres pidiéndome que apague la luz, que cierre mi puerta y entonces, empieces a leer el mismo cuento que estás leyendo ahora. Y ojalá no podamos dejar de llamarnos cada noche, para contarnos el mismo cuento. Toda una vida.Un cuento para llevarte de viaje, y para leerle a tus hijos y a los míos. Te regalo un cuento sin papel de colores ni un "espero que te guste". Sin aplicar el IVA y sin descuento por pronto pago. Un cuento que habla de ti y de mí, que pueda leerse cualquier día del año, a cualquier hora, sea cual sea tu estado de ánimo. Te regalo este cuento.
Belinda
Te regalo un cuento improvisado. De esos que empiezas a escribir sin pensar y que no sabes cuándo acaban. Te regalo esta noche y todas las demás. Te ofrezco mi sonrisa non stop, sin conservantes ni colorantes. Aún a riesgo de poder ser acusada de alevosía y nocturnidad, y aunque puedan encontrarse muchos más agravantes.
Te dejo abierta la ventana para que te cueles, para que me espíes ésta noche. Para que me veas sin que te vea. Para que me cuides un poco sin que yo lo sepa. Te regalo una idea. El concepto más hermoso de complicidad, un escenario vacío en el que buscar la manera de encontrarse. Te regalo un cuento que habla de amigos y de sueños, de noches de verano pegajosas, de mí misma mientras me imagino tu cuarto desde lo alto del cielo, antes de lanzarme en picado sobre tu almohada. De kamikazes que se estrellan en tus brazos y que no vuelven a despegar, ni falta que les hace. Te regalo el kit completo de cariño, el maletín mágico con el que jugabas de niño mientras yo cocinaba con plastilina.
Te regalo un cuento indeterminado sin pies ni cabeza, sin trama ni desenlace final, sin argumentos y sin actores de reparto. Sin moraleja. Y si la tiene, que sólo tú la conozcas.Lo único que necesitas es apagar la luz, cerrar los ojos y la puerta de tu habitación, no necesariamente en ese orden. Dejar que te lea al oído, olvidarte de tu tarde de trabajo y de todas aquellas que te hicieron daño antes de que yo te conociera. Quererte un poco más que hace cinco minutos y hacértelo saber, de alguna manera.
Te regalo un deseo. Llenarte de unas ganas locas de reír .Que necesites llamarme y te encuentres pidiéndome que apague la luz, que cierre mi puerta y entonces, empieces a leer el mismo cuento que estás leyendo ahora. Y ojalá no podamos dejar de llamarnos cada noche, para contarnos el mismo cuento. Toda una vida.Un cuento para llevarte de viaje, y para leerle a tus hijos y a los míos. Te regalo un cuento sin papel de colores ni un "espero que te guste". Sin aplicar el IVA y sin descuento por pronto pago. Un cuento que habla de ti y de mí, que pueda leerse cualquier día del año, a cualquier hora, sea cual sea tu estado de ánimo. Te regalo este cuento.
Belinda
sábado, 23 de diciembre de 2006
TODO A 1 EURO
El escritor se pone una capa negra y coge la pluma. Mira al techo y escribe un relato bien condimentado, un potaje que guste a todos, con la clásica receta de la abuela. El escritor, entregado a su alta misión, jamás se planteó que todo está escrito y lo que él llama escribir es ir borrando palabras, ni tampoco pensó que cada página escrita supone distanciarse cada vez más de esa perfección que tanto persigue, perfección que, sin embargo, reposa absoluta en la hoja en blanco. Cuando termina su gran relato, se quita la capa y sale a la calle. Un helicóptero cruza el cielo, kuxkuxkuxkuxkux. Le mandan un SMS al móvil, prrrr prrrr prrrr. Responde: ok, kdamos a -5. bs. Coge un taxi. Se apea en un cíber del centro. Pide un Red Bull. La camarera es un bombón lleno de piercings. Llega su novia, se besan, “una tónica, por favor”, y le cuenta preocupada que ha perdido ciertos archivos en PDF porque tiene un virus su PC. Después, hablan de lo poco sofisticadas que son las tiritas.
Atleta
Atleta
jueves, 21 de diciembre de 2006
Dr. Jekyll y Mr. Hyde
1
“ME CAGO EN MÍ, IMBÉCIL, PUERCO, BASTARDO, MARICÓN, CACASENO, MISERABLE… ABRAN, ABRAAAAN.”
2
6.35 am, un señor gordo y calvo, que no consigue abrir ¿su portal? con la llave del buzón, patalea y blasfema. Le abre, como de costumbre, la portera. Se mea en el ascensor y se queda roncando en la puerta de su casa.
3
Por la noche, ese señor, con una resaca gloriosa, escribirá un poema memorable: “Contra Jaime Gil de Biedma”.
Atleta
“ME CAGO EN MÍ, IMBÉCIL, PUERCO, BASTARDO, MARICÓN, CACASENO, MISERABLE… ABRAN, ABRAAAAN.”
2
6.35 am, un señor gordo y calvo, que no consigue abrir ¿su portal? con la llave del buzón, patalea y blasfema. Le abre, como de costumbre, la portera. Se mea en el ascensor y se queda roncando en la puerta de su casa.
3
Por la noche, ese señor, con una resaca gloriosa, escribirá un poema memorable: “Contra Jaime Gil de Biedma”.
Atleta
miércoles, 20 de diciembre de 2006
lunes, 18 de diciembre de 2006
010101
Yo he visto más allá de Microsoft
pixelados sexos.com...
He navegado por webs que no creeríais
donde la identidad se inventa a través de nicks.
He visto virus C atacar PCs con Norton,
he rastreado Google, he infringido la ley con eMule,
hablo un lenguaje de ceros y unos
y podría bloquear el Pentágono desde este Pentium 4.
-¡Eduardo, se te enfría el desayuno!
Es hora de ir al cole.
Atleta
pixelados sexos.com...
He navegado por webs que no creeríais
donde la identidad se inventa a través de nicks.
He visto virus C atacar PCs con Norton,
he rastreado Google, he infringido la ley con eMule,
hablo un lenguaje de ceros y unos
y podría bloquear el Pentágono desde este Pentium 4.
-¡Eduardo, se te enfría el desayuno!
Es hora de ir al cole.
Atleta
MONOTONÍA DE LLUVIA TRAS LOS CRISTALES
El profesor escribe en la pizarra
y apuestan los alumnos quién le raja.
Atleta
y apuestan los alumnos quién le raja.
Atleta
LA MERIENDA
Hospital de la Princesa. Habitación 201. No salió bien del postoperatorio. Toda la noche quejándose, "la leche puta", decía. Hoy, a la hora de la merienda, mientras las partículas de luz atravesaban el cristal de la ventana formando una autopista microbiana, el abuelo dijo sus últimas palabras: "¡Chin Pun!".
Atleta
Atleta
domingo, 17 de diciembre de 2006
AL AMANECER
Veía como mi propio cadáver era extraído del nicho. Habían transcurrido diez años desde el entierro y mis familiares no disponían de dinero suficiente para adquirirlo a perpetuidad. Pude observar, cuando levantaron el sudario a la altura del rostro, que la cabeza era más pequeña, y más oscura, como si fuera la de un quemado, pero me era tan familiar como cuando me miraba en el espejo para peinarme.
Al despertar noté algo extraño a mi lado, entre mi mujer y yo. No podía ser. Me quise asegurar, palpé, levanté la sábana. Era mi propio cadáver. Pensé que seguía soñando. Miré el reloj, marcaba las 6:55 horas. Esperé cinco minutos. A las siete en punto sonó el despertador. Y no abrí los ojos.
Zioran
Al despertar noté algo extraño a mi lado, entre mi mujer y yo. No podía ser. Me quise asegurar, palpé, levanté la sábana. Era mi propio cadáver. Pensé que seguía soñando. Miré el reloj, marcaba las 6:55 horas. Esperé cinco minutos. A las siete en punto sonó el despertador. Y no abrí los ojos.
Zioran
MÚSICA PARA ANIMALES
En el momento de máxima concentración, cuando la gente estaba en total silencio y la tensión se palpaba, activé el aparato de frecuencias ultrasónicas que Travis me regaló. En un abrir y cerrar de ojos, la mandíbula se contrajo y los afilados colmillos cercenaron el cuello del domador. La cabeza ensangrentada rodó por la arena y un cuerpo acéfalo se desplomó al momento. El público empezó a gritar. Pensé que había que repetirlo en otro circo.
Atleta
Atleta
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