La bebé entra al dojo servida en bandeja al Buda.
Serenamente, las cucharas suben y bajan, boca-cuenco
cuenco-boca, hasta que rascan el silencio...
(Hay una recién nacida a la que sus padres, colocada
en una bandeja de mimbre forrada de algodón, meten
en el dojo por la mañana, tras el Zazen, para tomar
la guenmai juntos. Es muy llamativo verla en el suelo
junto a nosotros, sin hacer ningún ruido y bien cubierta.
Parece que fuera un ofrecimiento al Buda, como las
flores o la fruta.)
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