En casa de Klee correteaban muchos niños,
de pronto una niña se detuvo ante un lienzo
azul y le pareció una idea estupenda partir
de algo que no fuese el blanco...
De súbito, despertó sudoroso y fue corriendo
al cuadro para confirmar que todo siguiera igual...
El propio cuadro lo alertaba de su estupidez.
Cuando regresaba por el pasillo se percató
de lo recién leído... Y volvió tras sus pasos
como endemoniado, totalmente fuera de sí.
¡Era verdad, le faltaba el punto a la segunda "i"!
Y volvió a coger la brocha para borrar esa falta...
Y se dijo: "Ahora sí, ahora todo está tranquilo..."
Y volvióse a la cama a esperar el amanecer...
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