Si te crees con derechos sobre otra persona, es que te relacionas como si tuvieras objetos que te pertenecen y no un semejante, un igual al que debes respetar como a ti mismo. No controles, no-con-tro-les, no con-tro-les, no. Ni la forma de vestir, ni la forma de pensar, ni la forma de sentir, ni la forma de mirar, ni la forma de bailar, no.
El respeto al otro y a uno mismo son indisolubles, por tanto si no respetamos al prójimo no nos respetamos a nosotros y vivimos una existencia indigna, insignificante, mezquina, absurda, innecesaria.
¿El control de qué? Lo que tienes que controlar y desterrar son tus miedos, inseguridades, pensamientos ridículos de que no vales nada o de que vales más que el resto. La existencia te ha dado forma, te ha modelado, esculpido como una pieza única que merece estar aquí. Acepta quién eres y mírate con los ojos de la verdadera conciencia, no con los del pelele manejado por la sociedad de consumo.
Si quieres un consejo, vete al campo, hazte labriego y vive los días como días y las noches como noches. Valora el agua de la lluvia, el fuego que te da la madera y el viento, el resguardo de sombra que te brindan las copas de los árboles y la visión de la luna con estrellas allá en lo alto. No pagues más de lo que debes ni hagas menos de lo necesario. Aprecia el valor de cada cosa y la compañía de cada ser, comenzando por saber que tú mismo eres ese agregado de células que se acompañan de un lugar a otro con una dirección determinada y objetivos que se hacen y deshacen like tears in the rain. Con la alegría inefable de sentirse libre, de ser libre y saberlo. El control, el poder son formas de esclavitud, ¿quieres ser esclavo? Estáte pendiente de lo que controlas. ¿Quieres disponer de todo? Deja que todo sea, comenzando por ti mismo, y no nades contracorriente, que te ahogarás sin haber saboreado las mieles de esta maravillosa existencia. Te deseo toda la suerte que puedas recibir. No estás solo. Eres uno con todo. Eres uno en el todo. Eres el todo en el uno. Eres pura conciencia universal. El Universo se mira a través de ti. ¿Qué más puedes desear, qué más te puede faltar? Abre los sentidos como una flor que abre los pétalos y recibe esas oleadas de energía que todo lo atraviesan...