Te regalo un cuento. Podía haber una canción a medio hacer. Una carta de amor. Pero no. Quería que fuera un cuento. No para después de hacer el amor ni para que nos echemos de menos. No para que suene el Adaggieto de la quinta de Mahler, ni nada por el estilo.Te regalo un cuento para que puedas hacerlo tuyo dibujándolo en tu piel para que lo compartas con tu silencio o con tus pájaros. Para que elijas la banda sonora que te apetece que suene de fondo mientras lo lees. Te regalo un cuento para que puedas llevarlo contigo, dobladito en el pantalón, o entre las páginas de un libro que te aburre. Para que cuando te enfades conmigo puedas estrujarlo y hacer con él una pelota de papel, arrojarlo por la ventana y mirar complacido cómo lo atropella un autobús. Para que lo fotocopies mil veces y le entregues una copia a quien más te apetezca. Para que le claves alfileres los días en los que me matarías. O para apuntar encima del título mi teléfono.
Te regalo un cuento improvisado. De esos que empiezas a escribir sin pensar y que no sabes cuándo acaban. Te regalo esta noche y todas las demás. Te ofrezco mi sonrisa non stop, sin conservantes ni colorantes. Aún a riesgo de poder ser acusada de alevosía y nocturnidad, y aunque puedan encontrarse muchos más agravantes.
Te dejo abierta la ventana para que te cueles, para que me espíes ésta noche. Para que me veas sin que te vea. Para que me cuides un poco sin que yo lo sepa. Te regalo una idea. El concepto más hermoso de complicidad, un escenario vacío en el que buscar la manera de encontrarse. Te regalo un cuento que habla de amigos y de sueños, de noches de verano pegajosas, de mí misma mientras me imagino tu cuarto desde lo alto del cielo, antes de lanzarme en picado sobre tu almohada. De kamikazes que se estrellan en tus brazos y que no vuelven a despegar, ni falta que les hace. Te regalo el kit completo de cariño, el maletín mágico con el que jugabas de niño mientras yo cocinaba con plastilina.
Te regalo un cuento indeterminado sin pies ni cabeza, sin trama ni desenlace final, sin argumentos y sin actores de reparto. Sin moraleja. Y si la tiene, que sólo tú la conozcas.Lo único que necesitas es apagar la luz, cerrar los ojos y la puerta de tu habitación, no necesariamente en ese orden. Dejar que te lea al oído, olvidarte de tu tarde de trabajo y de todas aquellas que te hicieron daño antes de que yo te conociera. Quererte un poco más que hace cinco minutos y hacértelo saber, de alguna manera.
Te regalo un deseo. Llenarte de unas ganas locas de reír .Que necesites llamarme y te encuentres pidiéndome que apague la luz, que cierre mi puerta y entonces, empieces a leer el mismo cuento que estás leyendo ahora. Y ojalá no podamos dejar de llamarnos cada noche, para contarnos el mismo cuento. Toda una vida.Un cuento para llevarte de viaje, y para leerle a tus hijos y a los míos. Te regalo un cuento sin papel de colores ni un "espero que te guste". Sin aplicar el IVA y sin descuento por pronto pago. Un cuento que habla de ti y de mí, que pueda leerse cualquier día del año, a cualquier hora, sea cual sea tu estado de ánimo. Te regalo este cuento.
Belinda
domingo, 24 de diciembre de 2006
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2 comentarios:
psaba par decir ke me gusto solo eso me gusto i fin
"Pasaba para decir que me gustó; sólo éso: me gustó. Y fin".
A mí, al igual que a ITA, también me gustó tu "regalo"(supongo que "de Navidad", dada la fecha). NEBRIJA
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