Nos dejamos olvidadas las llaves de la moto en la moto,
en casa las buscamos esta noche en todos los bolsillos
y no aparecen, rastreo el suelo y nada, miramos hasta
en los lugares en que no podrían estar, hasta el punto
que ella me pregunta que qué hago mirando ahí...
En algún lado tienen que estar, ¿no?
Cuando uno ya no tiene más recursos, se los inventa.
Bajo una primera vez a la moto y no están,
revuelvo una vez más la casa, repasamos lo que
hicimos la última noche, miramos hasta dentro de los cascos,
y por último se me ocurre que a lo mejor están dentro
del cajetín, por lo que éste tendría que estar abierto.
Bajo y nada, y cuando abro el asiento ahí las veo,
me quedo igual que estaba, qué extraña reacción,
únicamente me parece que le falta el llavero, pero
no estoy seguro, y cuando voy a abrir el portal
se me han olvidado las llaves de casa, así que llamo
al telefonillo... "¿Sí?", pregunta, "Aquí están", respondo,
me abre y subo, al entrar se las doy y me dice:
"¿Y dónde está el Winnie de Pooh?", me quedo
sorprendido con la pregunta, no recuerdo ningún
winidepú, pensaba que el llavero era de una mariposa...
Le digo: "No te quejes, por lo menos han dejado la moto,
se han llevado al winidepú porque les ha gustado pero
han dejado todo lo demás... ¡Imagínate que se hubieran
llevado la moto y dejado al winidepú en el banco sentado!"
Ante su sorpresa de que no se hayan llevado la moto, le digo:
"No hay tantos ladrones por ahí, imagina que tú te encuentras
una moto con unas llaves..." Pero ahora que lo pienso, éste sí
que era un ladrón, porque se llevó el winidepú... ¡Joder qué suerte
hemos tenido con este ladrón tan infantil!
lunes, 18 de febrero de 2013
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