Agua y cielo, cielo y agua, y sobre todo...
¡tiempo! Veloz o lento se desliza entre vuestros sueños,
deseos de llevar la red para llegar luego a puerto
con el cansancio en el rostro y en las manos hierro.
¡Cuánto trabajo olvidado por los hombres de los tiempos!
que no se ponen a pensar los peligros de vuestros pellejos.
Agua y cielo, cielo y agua, mar que se enfurece
sin haberle hecho nada, olas que se levantan porque les da la gana
y se tragan en sus fauces los corazones de plata.
¡Cuántas veces me he parado viendo cómo tejéis las mallas,
cómo los dedos sutiles tapan lo que destapa el agua,
o cómo arregláis las barcas cuando son fuertemente golpeadas!
En
vuestros ojos hay misterio, el mismo misterio del agua.Concepción Vázquez Muñoz
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