Si en la mente reina el silencio,
uno puede escuchar hasta el tic-tac
de un reloj en la distancia...
Durante el Zazen me molestó el reloj de una,
le pedí que no entrara con él al dojo y no se
le ocurrió otra cosa que decir que ni ella lo escuchaba.
-Si lo escuchas es que tienes un oído finísimo, me he
gastado 1.500 euros en un aparato para escuchar mejor
y no escucho nada -me dijo.
Cuando uno solo escucha su mente,
los aparatos electrónicos
amplifican solo sus pensamientos...
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